viernes, febrero 07, 2014



Cosa que oímos o leemos continuamente decir, especialmente en chicos que comienzan a leer sobre filosofía y, para peor, comienzan a hacerlo con Nietzsche. Para entender en qué consiste la verdad basta una imagen muy simple: la del mapa que representa un territorio. Mientras más fiel sea el mapa al territorio, más verdadero será.

Sostener que cada uno tiene su verdad sería lo mismo que decir que no existe relación entre el mapa y el territorio que representa. Si así fuera no habría forma de comunicarle nada a nadie acerca de la realidad, pero los mapas se crean para poder orientarnos y poder orientar a otros. Si le tengo que explicar a Pedro cómo llegar al lugar X, debo trazar un mapa muy preciso, porque si así no fuera no llegaría.

Claro, a veces conversamos con la gente y es cierto que cada uno tiene su verdad, que implica que la mayoría no sabe dónde se encuentran, los mapas que se crean de la realidad no tienen pies ni cabezas, puras fantasías para acomodarse la realidad a su gusto. Por este motivo es que pueden sostener tan campantes la tontera de que cada uno tiene su verdad, porque simplemente no tienen idea de lo que están diciendo.

Agregado posterior al artículo:

En vista de los debates suscitados por este artículo quiero agregar algunas cosas. El tema de la verdad genera muchas dudas porque en primer lugar la mayoría sabe reconocer si algo es verdadero o falso pero no saben decir qué cosa sea la verdad. La confunden con la realidad, con el mundo interior, con lo que la gente siente, etc. Para entender qué es la verdad hay que analizarla con respecto a su opuesto: la mentira. ¿Por qué alguien miente, engaña? Para obtener algún beneficio. Posiblemente no nos interesa saber qué siente Pedro por su plantita en la maceta del balcón de su casa, pero sí puede interesarnos saber si fue su coche por el conducido el que atropelló al gato de la vecina. No hay verdades “para mí”, la verdad siempre está relacionada con una comunicación a otro porque necesita saber algo. Es la idea del mapa y el territorio. Las abejas obreras cuando encuentran alimento van hasta la colmena e informan con sus vuelos la distancia y el lugar en el que se encuentra, si se equivoca pueden morir las que van, pues si está demasiado lejos se quedan sin combustible para llegar a la colmena.

Debatiendo sobre la idea del mapa me dice alguien que de buenos Aires existen infinidad de mapas distintos. Tuve que aclararle que lo que la gente busca en el mapa es igual en todos, podrán ser más grandes o más chicos, podrán tener mejores colores y más información o menos, pero la gente necesita saber dónde están las calles y cómo se llaman. La verdad que contienen no cambia, no puedo cambiarle el nombre a una calle o cambiarla de lugar. Por esto se confunden.

La verdad es una información que necesito para llegar a algún sitio, hacer algo, o anticipar algo. Se habla de la subjetividad y los sentimientos, no me importa qué pueda sentir María por las flores, salvo que desee seducirla con un ramo de rosas y deba anticipar su reacción. ¿Le gustarán? ¿Se molestará? ¿No me volverá a hablar? Etc.

Toda verdad tiene un valor útil, por eso es que se miente. Una obra de arte puede afectar de infinidad de maneras a las personas, no hay forma de predecir cómo las afecte individualmente porque dependerá de sus vidas, de lo que hayan vivido. Por eso no tiene mucho sentido hablar de “verdad” en cuanto a la subjetividad artística, sin embargo, si quiero venderle un cuadro a alguien sí debo ser capaz de anticipar si le interesará.

Si alguien está dispuesto a mentir en algo, eso que puede ser objeto de mentira es verdad y tiene valor por ello.

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