lunes, octubre 14, 2013



En un artículo anterior (La psicología del comportamiento es una fisiología no una psicología) comenté que la psicología comienza el trazado de su objeto de estudio con el “sentido” que “expresa” cada uno de nuestros actos independientemente del fin en sí mismo. Cuando alguien simplemente camina por la calle, además del acto de caminar para ir del lugar X al Y, se está expresando, continuamente está lanzando mensajes a su entorno, como podrían ser: “estoy apurado, no me interrumpan ni me detengan por nada”, “estoy abierto a la conversación”, etc.

Siempre que hablamos de sentido, hablamos de comunicación, de vínculo con otro y otros. La psique nace a partir de los otros, de la necesidad de comunicación. De ahí a que todo organismo que se comunique de alguna manera con otros miembros de su especie o de otras, porque ocurre, dispone de alguna psique, más o menos desarrollada. Hace poco leía que cuando algunos árboles eran invadidos por parásitos, enviaban al aire una ferormona o alguna substancia que atraía a los pájaros para que vinieran a comerse a los parásitos. También se comunican de formas muy básicas las plantas entre sí. Así que se puede decir que poseen una psique muy básica y algún nivel de autoconciencia.

Es sabido que el cerebro humano debe su desarrollo a vivir en grupos para sobrevivir, las especies con mayor desarrollo cerebral son aquellas que deben moverse mucho y que viven en comunidades, como los elefantes. La necesidad de moverse para encontrar alimentos y habitats donde vivir demandan del desarrollo de un buen cerebro con memoria y capacidad de adaptación.

Los organismos que viven en grandes comunidades necesitan de un lenguaje de comunicación y de un cerebro capaz de generar significados a partir de la experiencia para comunicarse con los restantes miembros. Esto implica, también, del desarrollo de algún tipo de autoconciencia. La autoconciencia en un grupo sólo puede posibilitarse a partir de algún lenguaje. El lenguaje mientras más evolucionado mayores discriminaciones permite. Una de las funciones primeras de la inteligencia es la de discriminar, hacer distinciones finas. El lenguaje, además, permite construir objetos que no se encuentran en este momento ante los hablantes, por ejemplo, en una tribu primitiva un miembro le habla al otro acerca de una manada de búfalos que se encuentra a cierta distancia, el lenguaje le permite describir el tamaño de la manada, dónde se encuentra, cómo poder acceder para cazar algún búfalo, etc. Alguien dijo alguna vez que una de las funciones del lenguaje es la de tratar con lo que está ausente.

Como pueden ver, la psicología está muy atada al lenguaje, y el lenguaje al vínculo. No hay psique sin vínculo, sin grupo, no hay autoconciencia y autoconocimiento, sin el lenguaje y los otros que nos sirven como espejos. A través de los demás nos conocemos. La cultura se da en los grupos, es la historia del grupo, la memoria, la experiencia acumulada, la identidad, las obras, etc. Es la conciencia del grupo, conciencia que se construye a partir de la experiencia, la historia, etc., y que se consolida a través de narraciones, mitos, etc. La tradición es algo más que memoria muerta, hábitos repetitivos, contiene la esencia de la identidad del grupo. Esto no implica que no pueda cambiar, evolucionar, mejorar.

Resulta entendible que una psicología que pretenda alcanzar el estatus de ciencia cometa errores para someterse a los requisitos de las ciencias duras, así es como toma el “comportamiento” como objeto de estudio, pero al hacerlo deja de lado la psicología, que es precisamente lo relacionado con el orden simbólico en el que vivimos. Somos seres hablantes porque vivimos en sociedad, somos generadores de significados, portadores y transmisores. El habla no puede ser comprendida sólo como “conducta verbal”, porque al considerarla así queda fuera de consideración el “sujeto hablante”. Hay que tener en cuenta que cuando un niño ingresa al orden simbólico, al habla, el lenguaje al que accede contribuye a formarlo, a darle identidad y a guiarlo en la formación de su experiencia.

Es cierto que al considerar el habla como conducta verbal se presta mejor a modificarla, por ejemplo, es posible condicionar a una persona a que aumente el uso de un cierto término, o que disminuya. Podemos programar los comportamientos, alterarlos, pero al hacerlo, dejamos de lado al sujeto hablante.

Daré un ejemplo, conozco a alguien que tiende al empleo desmesurado de las malas palabras. Podemos cambiar eso, reprogramarlo para que deje de emplearlas, es más, podemos hacerlo en poco tiempo y una vez logrado ese cambio permanecerá en el tiempo. Problema solucionado, si es que es un problema. Pero el sujeto quedó intocado o ignorado. Sin embargo, podemos enfocar el problema de otra manera y preguntarnos ¿qué nos comunica esta persona con el uso tan violento de las malas palabras? Tal vez descubramos que está enojado y que esas malas palabras tengan un destinatario real, tal vez descubramos quién es esa otra persona destinataria de las malas palabras y qué ocurre entre ellos y podamos traer el conflicto a examen y resolverlo, con lo que posiblemente ya no necesite seguir empleando las malas palabras. En el primer caso se ignoró completamente al sujeto y se tomó la conducta visible como problema, se ignoró lo que esa conducta transmitía, su verdadero sentido. En el segundo se prestó atención a lo que nos decía con esta conducta, se prestó atención a lo que el sujeto decía y al entender el mensaje se pudo profundizar y encontrar el conflicto real para solucionarlo.

No pretendo desprestigiar a la psicología del comportamiento ya que es muy útil en ciertas circunstancias, especialmente cuando no es conveniente profundizar en un conflicto. En algunos casos basta con modificar un comportamiento sintomático sin escuchar qué nos está diciendo, en otros es mejor escuchar al sujeto que nos habla y hablar con él.

Creo que con estos análisis va quedando un poco más clara la naturaleza del objeto real de la psicología, que jamás debe pasar por el estudio del comportamiento sino por lo que “expresan” las personas. El comportamiento puro es objeto de la fisiología. Pero igual podemos beneficiarnos de lo que esta fisiología ha aprendido, pero sin olvidar cual es la esencia de la psique y de la psicología.

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