Cuando un poeta comienza a dar sus primeros pasos en la poesía comete los errores comunes a todo poeta primerizo: el entrar en una especie de fascinación con sus propias palabras, el cripticismo, el abuso de metáforas e imágenes, etc.
La poesía se encuentra más cerca del balbuceo que de la escritura en prosa, consiste en la creación de sentido a partir del uso de las palabras, más que de la significación conceptual como se da en la prosa. Los comienzos del lenguaje estaban asociados al uso poético de la palabra. Aquí priman las figuras como la metáfora, la metonimia, uso de imágenes, etc.; mientras que estas figuras se tratan de disminuir al máximo en la prosa.
Borges a medida que iba destilando su escritura fue minimizando toda afectación intencional. -Ahora recuerdo los consejos de Rilke a un joven escritor, donde le decía entre otras cosas que siempre se remitiera a la verdad y nunca a las afectaciones en la escritura.- Borges escribió contra el abuso de las metáforas en el uso poético. A pesar de que la poesía se acerca al uso de la palabra como analogía, el abuso muestra un poeta afectado y, cuando, además, se apela al cripticismo en forma exagerada, se termina teniendo un escritor que pretende compensar su falta de destreza como escritor, con facilismos espurios. Tal vez un ejemplo pueda ayudar a comprender lo qué digo. Un cantante puede ayudarse de muchas cosas en la presentación de un tema musical, pero cuando se quiere apelar sólo a lo externo, como ser coloridos, ropas, cortes de pelo, maquillajes, más que al uso de su voz, todo se percibe como impostado. Cuando se apela a elementos ajenos a lo esencial, lo esencial queda tapado, opacado, distorisionado. Bueno, a veces no hay sustancia, y en ese caso se quiere tapar el ojo con afectaciones.
Borges fue destilando su escritura a partir de la eliminación de todo lo que no fuera estrictamente necesario, la característica de la escritura borgiana es la economía, lo esencial, lo estrictamente esencial. Una gran autoconciencia de la escritura y una gran censura de todo aquello que pudiera ser adorno, afectación. Así, el valor estético de su escritura estaba dado por la economía de elementos ajenos a lo esencial, lo esencial se iluminaba al no estar enturbiado con otra cosa.
Este es el camino que siguen la mayoría de los artistas: destilar su estilo eliminando todos los elementos espurios que pudieran contaminar su obra. Claro, estoy hablando de una preferencia personal, de una valoración estética; preferencia que puede no ser compartida por todos.
Sin embargo, buena parte de los escritores maduros señalan esta dirección en sus obras. Parece como que la madurez literaria –y en cualquier rama del arte-, va de la mano de la verdad y de la esencialidad en el empleo de los recursos estéticos.
Otro elemento negativo en la poesía, elemento que mencioné al comienzo, es el cripticismo. Éste se da fundamentalmente en escritores noveles. La poesía acude a veces a señalar un todo por una de sus partes, a significar a partir de un paneo por varias imágenes, pero esto es válido cuando las imágenes empleadas pertenecen al grupo receptor de la obra. Se escribe desde el lector y para el lector. Escribir para un público español con elementos significativos sólo válido para los uruguayos, no tiene sentido. Por ejemplo, si en una cadena metonímica menciono el nombre de una marca de avena que sólo conocen los uruguayos, y que quiere simbolizar un desayuno, una época, una niñez compartida, está mal, pues los españoles no sabrán de qué se está hablando. El problema es que aquí, el escritor entra en una fascinación con sus palabras, suenan bien a su oído, y no le importa ser entendido, siente que ese cripticismo aumenta el valor literario de su poesía, cosa que no es así. En el cripticismo el poeta parte de la premisa de que el lector –u oyente-, está dentro de su mente o comparte sus pensamientos, defecto de muchos niños o personas inmaduras. Pero estas cosas sólo operan en los escritores noveles, no en escritores con experiencia.
Abuso de metáforas, imágenes, y cripticismo, señal de escritor novel.
Escribir poesía no implica escribir para ser entendido por unos pocos, o por nadie; entender así la poesía implica que se está tratando de ser original, y uno no es original trampeando, es original cuando tiene una visión original y madura de las cosas, cuando ha logrado desarrollar un punto de vista personal. Querer mostrarse original es señal de inmadurez y de no tener un punto de vista original y propio.
Todo creador principiante hace las mismas cosas, no está mal, con el tiempo sí irá siendo más sincero, la famosa impostura de los artistas sólo señala inmadurez, y no una característica inmanente al arte. Cuando uno desarrolla su propia voz, ya no requiere de afectaciones, es más, trata de eliminar todo lo accesorio que pudiera empañar la nota personal. Despojarse de lo accesorio constituye el camino recorrido por los grandes artistas.
Cuando la voz propia comienza a ser escuchada, ésta ya no podrá ser negada de ninguna manera, en ese momento nació el artista verdadero, en ese momento nace el arte, pues el arte constituye la expresión de la voz propia, del punto de vista personal. Pero para que esto ocurra se requiere de una aptitud innata para la expresión en alguno de los campos artísticos, y un desarrollo pleno del propio mundo personal, cuando las voces ajenas se callan en nosotros, cuando nuestra voz no se deja tapar por otras, ahí comienza nuestro arte. Todo arte constituye un punto de vista personal, un punto de vista puro, plenamente formado, total. Existe un mundo borgiano, un mundo shakpereano, un mundo mozarteano –o como se escriba-. Sin este mundo personal, el joven artista siente que sólo puede apelar a las clásicas afectaciones. El tango no se creó para cantar la fuga de la mina con el mejor amigo, creer que la poesía es para llorar las desventuras es un gran error. Pero los primeros exponentes en una rama artística, pueden dejar su impronta, impronta que podrán cambiar los artistas más creativos que se sumen al arte. El medio artístico, a pesar de su importancia, es siempre secundario con relación al mundo personal del artista. Claro, según lo que el artista necesite expresar, será el medio elegido, pero al final el artista termina por integrar medio y contenido.
La poesía se encuentra más cerca del balbuceo que de la escritura en prosa, consiste en la creación de sentido a partir del uso de las palabras, más que de la significación conceptual como se da en la prosa. Los comienzos del lenguaje estaban asociados al uso poético de la palabra. Aquí priman las figuras como la metáfora, la metonimia, uso de imágenes, etc.; mientras que estas figuras se tratan de disminuir al máximo en la prosa.
Borges a medida que iba destilando su escritura fue minimizando toda afectación intencional. -Ahora recuerdo los consejos de Rilke a un joven escritor, donde le decía entre otras cosas que siempre se remitiera a la verdad y nunca a las afectaciones en la escritura.- Borges escribió contra el abuso de las metáforas en el uso poético. A pesar de que la poesía se acerca al uso de la palabra como analogía, el abuso muestra un poeta afectado y, cuando, además, se apela al cripticismo en forma exagerada, se termina teniendo un escritor que pretende compensar su falta de destreza como escritor, con facilismos espurios. Tal vez un ejemplo pueda ayudar a comprender lo qué digo. Un cantante puede ayudarse de muchas cosas en la presentación de un tema musical, pero cuando se quiere apelar sólo a lo externo, como ser coloridos, ropas, cortes de pelo, maquillajes, más que al uso de su voz, todo se percibe como impostado. Cuando se apela a elementos ajenos a lo esencial, lo esencial queda tapado, opacado, distorisionado. Bueno, a veces no hay sustancia, y en ese caso se quiere tapar el ojo con afectaciones.
Borges fue destilando su escritura a partir de la eliminación de todo lo que no fuera estrictamente necesario, la característica de la escritura borgiana es la economía, lo esencial, lo estrictamente esencial. Una gran autoconciencia de la escritura y una gran censura de todo aquello que pudiera ser adorno, afectación. Así, el valor estético de su escritura estaba dado por la economía de elementos ajenos a lo esencial, lo esencial se iluminaba al no estar enturbiado con otra cosa.
Este es el camino que siguen la mayoría de los artistas: destilar su estilo eliminando todos los elementos espurios que pudieran contaminar su obra. Claro, estoy hablando de una preferencia personal, de una valoración estética; preferencia que puede no ser compartida por todos.
Sin embargo, buena parte de los escritores maduros señalan esta dirección en sus obras. Parece como que la madurez literaria –y en cualquier rama del arte-, va de la mano de la verdad y de la esencialidad en el empleo de los recursos estéticos.
Otro elemento negativo en la poesía, elemento que mencioné al comienzo, es el cripticismo. Éste se da fundamentalmente en escritores noveles. La poesía acude a veces a señalar un todo por una de sus partes, a significar a partir de un paneo por varias imágenes, pero esto es válido cuando las imágenes empleadas pertenecen al grupo receptor de la obra. Se escribe desde el lector y para el lector. Escribir para un público español con elementos significativos sólo válido para los uruguayos, no tiene sentido. Por ejemplo, si en una cadena metonímica menciono el nombre de una marca de avena que sólo conocen los uruguayos, y que quiere simbolizar un desayuno, una época, una niñez compartida, está mal, pues los españoles no sabrán de qué se está hablando. El problema es que aquí, el escritor entra en una fascinación con sus palabras, suenan bien a su oído, y no le importa ser entendido, siente que ese cripticismo aumenta el valor literario de su poesía, cosa que no es así. En el cripticismo el poeta parte de la premisa de que el lector –u oyente-, está dentro de su mente o comparte sus pensamientos, defecto de muchos niños o personas inmaduras. Pero estas cosas sólo operan en los escritores noveles, no en escritores con experiencia.
Abuso de metáforas, imágenes, y cripticismo, señal de escritor novel.
Escribir poesía no implica escribir para ser entendido por unos pocos, o por nadie; entender así la poesía implica que se está tratando de ser original, y uno no es original trampeando, es original cuando tiene una visión original y madura de las cosas, cuando ha logrado desarrollar un punto de vista personal. Querer mostrarse original es señal de inmadurez y de no tener un punto de vista original y propio.
Todo creador principiante hace las mismas cosas, no está mal, con el tiempo sí irá siendo más sincero, la famosa impostura de los artistas sólo señala inmadurez, y no una característica inmanente al arte. Cuando uno desarrolla su propia voz, ya no requiere de afectaciones, es más, trata de eliminar todo lo accesorio que pudiera empañar la nota personal. Despojarse de lo accesorio constituye el camino recorrido por los grandes artistas.
Cuando la voz propia comienza a ser escuchada, ésta ya no podrá ser negada de ninguna manera, en ese momento nació el artista verdadero, en ese momento nace el arte, pues el arte constituye la expresión de la voz propia, del punto de vista personal. Pero para que esto ocurra se requiere de una aptitud innata para la expresión en alguno de los campos artísticos, y un desarrollo pleno del propio mundo personal, cuando las voces ajenas se callan en nosotros, cuando nuestra voz no se deja tapar por otras, ahí comienza nuestro arte. Todo arte constituye un punto de vista personal, un punto de vista puro, plenamente formado, total. Existe un mundo borgiano, un mundo shakpereano, un mundo mozarteano –o como se escriba-. Sin este mundo personal, el joven artista siente que sólo puede apelar a las clásicas afectaciones. El tango no se creó para cantar la fuga de la mina con el mejor amigo, creer que la poesía es para llorar las desventuras es un gran error. Pero los primeros exponentes en una rama artística, pueden dejar su impronta, impronta que podrán cambiar los artistas más creativos que se sumen al arte. El medio artístico, a pesar de su importancia, es siempre secundario con relación al mundo personal del artista. Claro, según lo que el artista necesite expresar, será el medio elegido, pero al final el artista termina por integrar medio y contenido.
Hola Deth,
ResponderBorrarCabe aquí el replanteamineto de una eterna interrogante? para quien se esccribe? Para recapitulación personal del sentimiento o para la exposición impúdica que pretende la trascendencia temporal?
He aquí un problema para cuestiones tales como el cripticismo, el estilo que pretende segur una moda, abuso de metáforas etc.
Otro error del escritor primerizo, es sin lugar a dudas el sectarismo, esa egolatría que lo despega del piso y lo hace un artista incomprendido, ja! incomprendido porque sus escritos no gustaron, porque carecen de la capacidad de transmitir, porque están faltos de estética y originalidad quizá.
Todos creemos poder escribir poesía, pero realmente cuantos de nosostros realmente tenemos ese don sin caer en lo siniestro y vulgar de lo inleíble?
Un abrazo.
Hola, DULCE!
ResponderBorrar¿Para quién se escribe? Un psicoanalista lacaniano diría que se escribe para el Gran Otro. Pero esta frase puede terminar no diciendo nada.
Digamos que todo lo que involucra a otros en general se hace para obtener reconocimiento, pero no sólo el reconocimiento narcisista, que es el más buscado, es, también, ese reconocimiento de nuestro ser, reconocimiento que si no se obtiene puede conducirnos a la muerte o a la apatía.
Claro, en algún momento los creadores poco sinceros dicen que se escribe para uno mismo, pero esto ocurre cuando interiorizamos a ese Gran Otro y nos desdoblamos, reconociéndonos a nosotros mismos. Con el paso del tiempo vamos construyendo una instancia de autoevaluación que nos indica cuando hacemos bien algo, el ideal del yo.
Pero es cierto que en general los artistas son muy narcisistas e infantiles.
Los malos artistas son los que sí recurren a ese cripticismo inentendible.
Creo que la "expresión" es algo muy importante y autónomo, siempre nos estamos expresando, salvo si disimulamos. Nos expresamos al hablar, movernos, respirar, comer, etc. Muchas personas necesitan expresarse, pero no encuentran la forma de hacerlo, especialmente cuando no tienen el talento suficiente, ahí es cuando se apela al cripticismo, al rompimiento de lo formal para que emerja algo inconsciente. Porque es casi imposible hacer algo sin sentido sin que un sentido más profundo emerja. Escribe 10 palabras sin pensar y habrás revelado un secreto. Ahí es donde se encuentra un poco la esencia del cripticismo en poesía.
Claro, también algunos son tan tontos que se emborrachan con algunas palabras. Creen que empleando algunas palabras rimbombantes están transmitiendo algún saber profundo. Pero es sólo cosa de tontitos.
Sí, los artistas que adoptan esa pose de incomprendidos y transgresores de alguna manera anticipan el rechazo y se autoatacan como forma de protección egocéntrica. Se amparan en el dicho de que muchos de los grandes innovadores en arte fueron incomprendidos en su tiempo, pero sólo son unos tontos.
Para expresarnos artísticamente a través de algún medio, es necesario primero dominar el medio. No se puede realizar una gran pintura sin saber primero pintar muy bien. Sin embargo, muchos creen que escribir es sólo escribir, y no es así. Hay que dominar la escritura, el arte de expresarse por escrito para luego convertirse en un escritor literario.
Un abrazo, DULCE.