miércoles, agosto 05, 2009



El tema de la mente es muy complejo de tratar al punto que resulta una noción que a la psicología actual no le agrada demasiado. Cuando en el habla coloquial se menciona la noción de mente de alguna manera se entiende –o se cree entender- de qué se está hablando, pero cuando se trata de definir la noción la cosa cambia. ¿Por qué motivo a la psicología no le gusta demasiado esta idea? Porque una ciencia desarrolla conceptos que sean útiles para tratar su objeto, estos conceptos deben ser fáciles de entender y deben poderse monitorear de alguna manera. Por este motivo la psicología prefiere manejar conceptos más precisos como los de “comportamiento”, “procesos psíquicos”, “pensamiento”, “creatividad”, etc. Freud consideraba a la mente como ese espacio virtual donde ensayamos comportamientos para el futuro, o analizamos algún fenómeno.



Es importante retener esa idea de espacio virtual, espacio virtual que ha dado origen a expresiones como las de “ver con el ojo de la mente”, pues en ese espacio es donde examinamos todo aquello que no está presente ante nosotros en este momento. Por ejemplo, puedo estar conversando con alguien acerca de un viaje a Paris que realicé tiempo atrás y mi interlocutor a partir de datos en su memoria, experiencias pasadas, películas, lugares similares, etc., recomponer en ese espacio mental lo que le cuento, cosas que además yo mismo estoy examinando en este momento en mi propio espacio mental para poder comunicar. Este espacio mental o virtual debió aparecer en algún momento de nuestro desarrollo filogenético con el propósito de que pudiéramos orientarnos en el mundo y realizar previsiones, por ejemplo, si al pasar por cierto lugar tropecé con una piedra que no vi, cuando vuelvo a pasar por el mismo lugar estaré atento a esa piedra porque sé que por ahí se encuentra, adelanto su presencia. En síntesis, la mente en este sentido es un espacio donde se puede construir una replica del mundo, una representación, que mientras más precisa sea mejor me permitirá orientarme en el mundo.

Pero con esto que he dicho parece que no se agota la idea que tenemos acerca de la mente, algo llamó la atención a Freud, le llamó la atención que muchas veces las personas actuaban sin saber a ciencia cierta porqué lo hacían, sin embargo, esos actos demostraban poseer una intención muy precisa, de esta manera descubrió que nuestro actuar es en buena medida inconsciente y que los procesos psíquicos se desarrollan también en buena medida por debajo de la conciencia, por lo que son inconscientes. Para dar una idea de cómo opera nuestro aparato psíquico Freud apeló a la analogía con el Iceberg, donde la conciencia representaría la parte visible del Iceberg y donde el resto del mismo no sería visible por encontrarse sumergido bajo el nivel del mar. En este caso lo inconsciente representaría una parte de nuestro aparato psíquico muchísimo mayor que lo consciente determinándolo.

Sigamos explorando estas ideas porque no me interesa analizar un sistema en concreto sino explorar la idea de “mente” desde varios ángulos. El motivo es claro, la ciencia de la psicología es nueva y por este motivo tenemos tantas corrientes muchas veces diferentes para dar cuenta de su objeto. Recuerdan aquella historia donde 4 ciegos están palpando a un elefante para tratar de descubrir qué cosa es, y mientras que uno examina una pata y cree que es una palmera otro examina su trompa y sospecha que es una manguera, etc. Algo así ocurre hoy con la ciencia de la psicología, por lo que a pesar de tener un cúmulo importante de conocimientos, conocimientos que permiten intervenir para corregir algunos de los trastornos llamados psicológicos, no podemos aún tomar estos conocimientos como finales.

Una cosa es clara, buena parte de nuestros comportamientos complejos son inconscientes, y así debe ser porque en caso contrario nos encontraríamos como aquel ciempiés, donde le preguntaron una vez cómo hacía para mover en forma coordinada sus patas para caminar y cuando se autoobservó para responder se dio cuenta que no sabía cómo lo hacía, es más, una vez que tomó conciencia de ellas ya no supo como caminar.

Si una vez que aprendemos un comportamiento complejo no somos capaces de soltarnos y permitir que en buena parte se realice en forma inconsciente no podríamos hacer nada en este mundo. Observen a los ciclistas o a los conductores de autos, si debieran mantener una atención crispada para poder realizar la tarea ésta sería imposible de realizar. Una vez que la tarea se aprende se realiza en forma inconsciente y sólo intervenimos para realizar pequeñas correcciones, que muchas veces también se realizan en forma inconsciente. En realidad, cuando se educa a una persona a realizar una tarea compleja se espera que lo haga en forma inconsciente, pues en caso contrario quiere decir que no la ha aprendido. Que la tarea se realice en forma inconsciente no implica que sea en forma mecánica, sino que implica que se realice en un estado especial como de conciencia crepuscular, donde se toma el control en ciertos momentos de la tarea para dirigirla. Cuando un conductor percibe un peligro –percepción que puede ser inconsciente- automáticamente toma el control de la situación y enfoca toda su atención a lo que ocurre para actuar según lo que la situación demande.

Debo destacar que un ejecutante alcanza la “maestría” en una ejecución cuando puede realizar prácticamente toda la tarea en forma casi inconsciente, porque en ese estado es cuando más efectivo se es. Cuando se dirige con la atención una tarea los logros son menores generalmente. Es común escuchar en los grandes maestros ejecutores que mientras menos conscientes son al actuar más eficientes se sienten. (Como acotación al margen debo decir que aquí es cuando la “confianza” en uno mismo es importante, porque si se pierde esa confianza se rompe el desarrollo de la tarea, se pierde la melodía, el ritmo, etc.)

Bueno, en el título de este ensayo menciono la noción de “mente en el Zen”. Noción que no se aparta de lo que he dicho, pero que al iluminarla desde otros ángulos permite captar mejor la noción de mente, aunque claro, eso no quiere decir que por ello pueda definirse con mayor precisión. Por el momento la noción de mente no puede definirse por involucrar procesos muy complejos y distintos, como mucho puede hablarse de fenómenos mentales, pero nada más.

El Zen consiste en una práctica donde se persigue un objetivo: el Satori o iluminación. El Satori es un estado donde la persona logra intuir abruptamente su propia naturaleza, yo agrego que es, además, un estado de integración, de síntesis en el funcionamiento mental de la persona donde se alcanza la autorrealización.

El proceso mediante el cual el practicante Zen alcanza la iluminación se suele ilustrar a través de los 10 cuadros de pastoreo del búfalo.

En este momento no recuerdo con precisión cada una de las imágenes, sin embargo, para explicar la idea que se representa puedo valerme de lo que recuerdo. En la primer imagen se ve a un pastor inquieto, que se siente mal y busca algo sin saber qué es lo que busca, pero sabiendo que al encontrarlo logrará tranquilizarse y recuperar la armonía que pudo haber perdido en caso de haberla tenido alguna vez. En otro de los cuadros descubre unas huellas, le cuesta reconocer qué son esas huellas pero sabe que están relacionadas con su camino, con lo que busca. Todos nosotros pasamos alguna vez por ese estadio en la juventud donde reconocíamos en nuestro medio ciertas señales o pistas que pensábamos nos conducirían a donde necesitábamos llegar. Esas señales pueden ser de muchos tipos, pero reconocemos que están relacionadas con nosotros o con nuestra búsqueda. Son las señales que poco a poco nos van revelando nuestro camino en la vida. En otra de las imágenes el pastor encuentra al búfalo, es un búfalo negro que trata de huir al ver acercarse al pastor. Simbólicamente el búfalo representa nuestra naturaleza animal, pero representa algo más, representa nuestro cordón umbilical con el Cosmos. Las búsquedas espirituales comienzan con una sensación de separación, como si sólo fuéramos un individuo en el mundo, sin percatarnos de que formamos parte del mundo y de todo lo que nos rodea. Muchas veces se sienten los problemas como si vinieran de fuera, pero junto con esa sensación se encuentra otra que la acompaña que nos dice que formamos parte del problema, como si el conflicto fuera con nosotros mismos, y ese conflicto de alguna manera se reflejara en nuestro mundo. En otras de las imágenes el pastor logra enlazar al búfalo negro por el cuello y comienza la lucha para lograr controlarlo. El búfalo se resiste, lucha, patea, quiere embestir. Con gran esfuerzo el pastor logra domar al búfalo, lo domestica y en otra de las imágenes aparece el pastor conduciéndolo con unas riendas atadas a su nariz a través de una argolla. El pastor va caminando y tras él lo sigue el búfalo que ahora aparece menos oscuro. El pastor puede ir a donde quiera y llevar consigo al búfalo sin que éste ofrezca oposición. En otra de las imágenes el pastor va montando al búfalo que ahora se encuentra mucho más claro representando esta aclaración aquel proceso alquímico donde la naturaleza oscura –plomo- se va purificando e integrando al alquimista, en este caso al pastor, pues ahora pastor y búfalo actúan como si fueran UNO -Jung diría que el pastor integró su Sombra-. Ya no son dos entes separados, ahora pastor y búfalo son UNO, al montarlo con imperceptibles señales de la rienda y de las piernas el pastor le indica al búfalo hacia donde ir y el búfalo va. El pastor ha domesticado su naturaleza animal y la ha integrado a sí mismo. Satori es ese momento de despertar donde el pastor descubre que él es el búfalo y que se ha domesticado a sí mismo, así como a todas sus potencias inconscientes, pues el búfalo representa su inconsciente y la fuente de su vitalidad y esencia. En imágenes sucesivas el búfalo se va haciendo más blanco y se va integrando más y más al pastor hasta que se convierten más en UNO pero llega el momento donde desaparecen pastor y búfalo quedando sólo el paisaje, pues en ese momento pastor y búfalo se convierten en el TODO, por lo que desaparecen del campo de la conciencia.

Lo importante en esta descripción consiste en cómo se percibe a la mente, pues la mente es el búfalo. En una persona integrada búfalo y pastor son UNO y actúan como UNO, pero supongamos que en algún momento ocurre algo que asusta al búfalo y asustado sale corriendo sin que el pastor pueda detenerlo. Bueno, los trastornos mentales se manifiestan así, se produce como una separación entre la parte consciente –pastor- de la mente y la parte inconsciente –búfalo- y donde el búfalo asustado toma el control y sale corriendo mientras que el pastor nada puede hacer para controlarlo. Se ha roto el UNO, se han separado pastor y búfalo, y la mente inconsciente tomó el control. En esto consiste la locura.

Parte del tratamiento psicoterapéutico debería consistir en tranquilizar a ese búfalo y hacerle perder el miedo a aquello que lo ha asustado. Cuando eso se logra, cuando el búfalo perdió el miedo el pastor toma nuevamente el control y el problema puede resolverse.

Pero veamos algunas cosas más de esta analogía. Veamos qué ocurre cuando una persona está en proceso de aprender una actividad, por ejemplo una profesión, un arte, etc. En el comienzo búfalo y pastor están separados, el principiante debe realizar grandes esfuerzos por aprender las técnicas, se concentra, lucha. Es el búfalo que está aprendiendo. Cuando al final el alumno domina la técnica y puede expresarse olvidándose del pincel que pinta o de la espada que se mueve por los aires, pastor y búfalo se convierten en UNO y todo se realiza casi sin esfuerzo, porque si hubiera esfuerzo quiere decir que es el pastor quien se esfuerza, porque si domina la técnica el pastor con sutiles indicaciones conduce al búfalo para que realice la tarea. En la Maestría no puede existir esfuerzo, porque si lo hubiera quiere decir que no se ha alcanzado la UNIDAD pastor-búfalo. Un Maestro en cualquier actividad demuestra su maestría actuando sin esfuerzo, casi en forma inconsciente, porque sólo debe guiar al búfalo –mente inconsciente- para que realice la tarea.

Estas ideas se representan de la misma manera en las distintas tradiciones espirituales, en el Taoísmo el búfalo se sustituye por un tigre, en algunas tradiciones de la India por un elefante, etc., pero las ideas son siempre análogas.


1 comentario:

  1. La descripción del Pastor-Búfalo, es absolutamente ilustrativa.

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