sábado, diciembre 27, 2008



Lo mediático pasa por provocar fuertes reacciones emocionales a través de actos o dichos provocadores, transgresores, la mayoría de las veces agresivos, con el propósito de enganchar la atención de las personas.

La palabra no se emplea para decir, se emplea para provocar reacciones emocionales, de ahí que la coherencia no importa, porque lo que se busca es bombardear continuamente con estímulos provocadores, donde lo que cuenta es la línea progresiva de reacciones. Es más, si mentir descaradamente provoca una fuerte reacción, será utilizada la mentira descarada como medio para lograrlo y, probablemente hasta confiesen ser unos mentirosos.

En el perfil psicológico de estas personas es común encontrar la falsa asociación de la idea de sinceridad con la idea de decir lo que se piensa o actuar cada impulso según como se presente. Aunque claro, son impulsos primarios asociados a la envidia, al resentimiento y al odio, y a una carencia de autovaloración patológica, pues sólo quienes todo lo han perdido pueden jugarse a una exposición mediática, pues la esencia de lo mediático es la RIDICULEZ.

El mediático apela al sentido de lo ridículo para provocar las emociones fuertes de desagrado y repulsión. Mientras más RIDÍCULOS y TRANSGRESORES mayor efecto mediático.

Existen personajes mediáticos que alcanzan como un buen ejercicio de lo mediático aprendiendo a manejarlo y, hasta llegando a gustar, como ocurre con algunos artistas cuando disponen de algún talento. Es más, si los mediáticos asocian la sinceridad con su mediatizmo transgresor, es porque la gente muchas veces lo hace y siente que mientras más excéntricos sean las personas más auténticas son. Claro, es una falsa asociación producida por personas con pocas luces. En general es en los sectores con menor educación donde se producen estos errores, errores fomentados y capitalizados por las malas series televisivas.

Es posible ver cómo en programas del tipo Gran Hermano, los personajes más mediáticos se vuelven los preferidos, y como su mediatizmo se va suavizando a medida que se logra encantar a un público numeroso, porque en definitiva lo que busca el mediático es llegar de alguna manera al otro.

El mediático es una persona que puede hacer cualquier cosa sin experimentar vergüenza para llegar a los demás. Sí, la abolición de la capacidad para experimentar vergüenza es la condición primera para convertirse en mediático.

Una vez que el mediático alcanza a controlar a las personas encontrando la forma de encantar e influir sobre ellas, su mediatizmo comienza a tornarse más suave y tolerable, es más, comienza a producirse un vuelco en el discurso. Por ejemplo, en el comienzo de su carrera el mediático asumirá posiciones fuertemente transgresoras, puede decir que es nazi, porque es consciente del efecto que eso puede provocar, puede decir que odia a la humanidad, que es gay o bisexual, que está a favor de la destrucción ecológica, que el sida no debe curarse sino contagiarse al mayor número de personas, etc. Apelará al uso de todos los temores públicos como elemento provocador. Pero una vez que de alguna manera llega a su público, su discurso se suaviza, pero no sólo se suaviza sino que ahora comienza a invertir su dirección, pasando de la defensa de lo negativo a la condena de lo que esté mal. Al comienzo esa condena es tímida, luego se irá volviendo más y más fuerte cuando sienta que alguien lo escucha y, cuando sienta que con sus palabras podrá verdaderamente hacer algo bueno por lo que será reconocido.

Sí, eso busca el mediático, primero tira piedras para que presten atención sobre él, para luego tratar de demostrar que no es tan malo, y, a medida que sienta que comienzan a quererlo, entonces su discurso cambia de sentido, aunque mantenga algunos rasgos de lo anterior, pero ahora presentados como ironía fina, como humor. La agresión directa de los primeros tiempos no desaparece porque no puede desaparecer, sólo se convierte ese impulso en algo aceptable, como el humor negro.

Claro, en el fondo, aunque estas personas logren encajar en el mundo, seguirán siendo siempre lo que son: personas desesperadas por llamar la atención.

Sintetizando: el MEDIÁTICO es POSE sin SUBSTANCIA.


2 comentarios:

  1. Anónimo12:42 a.m.

    Antes no me caían bien, en general siempre discutía... y lo hacía porque me provocaban. Ahora ya me llevo mejor, es cuestión no hablar nunca con seriedad.

    Buen artículo Deth! muy cierto.

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