jueves, junio 27, 2013



¡Qué sería vivir una vida sin estrés! Cuando veo a la gente del campo, sin estrés, sin apuros, sentadas en el jardín tomando mate, me deprimen un poco. El estrés te hace sentir vivo, te mantiene alerta.

Salir del estrés es tan difícil como salir de la depresión porque quienes lo padecen no pueden imaginarse una vida sin estrés. Por eso se deprimen los domingos, porque no saben descansar.

Nosotros somos distintos al resto de los animales porque el león luego de comer duerme si nada tiene para hacer, puede estar dormitando días si no necesita cazar. Nosotros necesitamos la actividad para mantenernos vivos. La ESPERA constituye una de las sensaciones más desagradables. Por eso la gente fuma, toma, se droga, hace ejercicio. Para ocupar con algo el tiempo de espera.


Se piensa que quien espera, espera algo, muchas veces sí, pero en otras sólo se espera un milagro, que algo ocurra. Los rituales religiosos tienen como una de sus funciones ocupar el tiempo y evitar que pensamientos desestabilizadores se metan en la cabeza de las personas. Muchas veces aconsejamos no pensar a las personas estresadas, que realizan alguna actividad que ocupe su tiempo evitándoles pensar.

Nos preocupa ver a otros pensar porque nos preocupa pensar. Los pensadores se protegen del pensar concentrando su pensamiento en objetos delimitados.

No debe existir nada más angustioso y preocupante que el tiempo libre. El comportamiento de las personas debe estar pautado para protegerlo del tiempo libre. Las actividades recreativas están pautadas para ocupar el tiempo. Los deportes, el cine y el teatro, las vacaciones haciendo turismo con guías que nos hacen aprovechar el tiempo, etc.

Sospecho que entre el “estrés” y el “tiempo” existe una relación muy estrecha. Porque asusta más el tiempo libre que cualquier otra amenaza, ya que una amenaza real sólo nos afecta cuando se presenta o cuando pensamos en ella y, al tener tiempo libre los pensamientos más nocivos se instalan.

Cuando vemos a una persona sabia lo que nos llama la atención es que sabe pensar en las cosas que quiere pensar y sabe aprovechar su tiempo en actividades de diversa índole. Me atrevería a decir que la sabiduría consiste en el arte de saber qué hacer con el tiempo, ya que durante la espera es cuando más se piensa en la muerte y más se hace presente.

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