lunes, diciembre 31, 2012



Ésta constituye una de las preguntas esenciales de la filosofía y la psicología. Adelanto que es ambas cosas a la vez y que necesita ser ambas cosas para sobrevivir. Para responder a esta pregunta lo que habitualmente se hace es examinar la historia del hombre, y como la historia del hombre es una historia de guerras, asesinatos, conquistas, etc., la conclusión lógica sería que el hombre es malo por naturaleza.


Posiblemente se presente otra complicación para esta evaluación, considerar que debe ser uno u otro, en lugar de a veces uno y en ciertas circunstancias otro. ¿Cómo se puede ser malo y bueno al mismo tiempo? La respuesta es simple: existen situaciones que demandan una respuesta y otras que demandan otra respuesta. Es más, existen situaciones que demandan una respuesta de bajo contenido emocional y otras que sólo pueden ponernos en funcionamiento si provocan una respuesta emocional muy intensa. Un ejemplo, salgo con mi novia una noche de sábado y se presenta una elección ir al cine para ver la película X o la película Z. No hay nada relevante en juego en esta elección, por lo que el contenido emocional de la misma no será muy intenso. Pero si durante la salida somos asaltados y el asaltante pretende violar a mi novia, la situación provocará una reacción emocional muy intensa en mí que puede conducirme a matar al asaltante. Las situaciones límite donde la vida de las personas está en juego, demanda respuestas emocionales de gran intensidad para responder aún a riesgo de la propia vida. Nadie arriesgaría su vida si una emoción muy intensa no lo conduce a ello. La naturaleza ha colocado el principio del placer en nosotros para guiarnos en las distintas situaciones, lo ha hecho en todos los organismos vivos. Pero a veces para enfrentar ciertas situaciones se debe arriesgar la propia vida que es lo más valioso para todos los organismos, por lo que sólo existe un camino para que esto se haga: el placer. Bueno, debo rectificarme, para nosotros lo más valioso es nuestra vida pero para la especie la continuación de su existencia. Muchos organismos deben dar su vida para la perpetuación de la especie. La única forma  para que un organismo dé su vida es a cambio del engaño y de un intenso placer. Un mártir al dar su vida por una causa no es consciente de que morirá y que no podrá gozar de la recompensa por su acto de valentía y entrega. Pero en ese estado de exaltación no es consciente de lo que está haciendo, la naturaleza lo engaña, le proporciona motivos y, al final la promesa de un gran placer. Cuando un hombre hace algo que normalmente no haría decimos que enloqueció. Enloquecer en estas situaciones quiere decir que una emoción muy intensa tomó el control y condujo a este sujeto a realizar algún acto que normalmente no haría. Cuando una emoción intensa toma el control se nubla la conciencia. Un niño se está ahogando, alguien pasa cerca y al verlo se lanza al agua sin pensarlo a pesar de no saber nadar y lo salva. Si la razón nos guiara siempre jamás haríamos algo que nos pusiera en peligro o que pudiera provocarnos alguna pérdida. La humanidad no existiría. Lo vemos continuamente: personas timoratas, muy racionales, no poseen iniciativa, son pasivas y sólo poseen aquello que se les da; ocupan los puestos a los que se llega sólo cumpliendo con lo mínimo, realizan tareas mecánicas y repetitivas que no demandan iniciativa. Estas personas sólo pueden movilizarse para realizar su deber, temen hacer algo que vaya más allá, temen hacer algo para ellos mismos, temen despertar animosidad. Sin la capacidad para “asumir riesgos” no habría vida. Niveles altos de testosterona conducen a asumir más riesgos a mayores logros, pero también a grandes meteduras de pata.

El hombre ha llegado a ser lo que es por aquello que muchas veces se critica: lo irracional. Lo irracional no es sin razón y, éste es el componente inaccesible para los timoratos racionalistas. Se ha constatado lo siguiente: en algunas personas por algún accidente o por una infección cerebral se produce una separación entre el cerebro emocional y el cerebro racional. En estos casos queda activo sólo el cerebro racional capaz de pensar y calcular a la perfección. Lo curioso con estas personas es que pueden evaluar racionalmente cualquier situación, pero son incapaces de elegir. No pueden elegir porque las elecciones no están determinadas por la razón sino por las emociones. El “querer” determina nuestros actos, no la razón. La razón tiene el propósito de decirnos cómo podemos hacer aquello que queramos. La función de la razón es la de decirnos “cómo” alcanzar lo que queremos y qué peligros enfrentaremos. Si los peligros son muchos nos quedaríamos completamente paralizados si no viniera en nuestra ayuda una emoción fuerte que nos condujera igual en la dirección querida. No lucharíamos por nuestra vida y la continuación de la especie si algo en nosotros no anulara la conciencia del peligro y nos empujara a seguir adelante. La razón paraliza cuando no nos dice cómo alcanzar lo que queremos. Si sólo tuviéramos conciencia de los peligros no daríamos un paso en la vida. La naturaleza sólo puede empujarnos entre los peligros de la vida a través de un camino: la exaltación, la locura. Los grandes hombres han estado dominados por una intensa pasión. (También muchos de los grandes criminales que llenan nuestras cárceles y muchos de los locos que encontramos en los manicomios)

La historia del hombre nos muestra ahora otra cosa: la lucha entre lo irracional y la razón. La razón para proteger a los hombres y lo irracional para empujarlos a actuar cuando la razón los inhibe. Las personas que más lejos han llegado en sus vidas no han sido las personas superracionales, sino que han sido aquellas donde las emociones conquistadoras han predominado. Claro, también es cierto que las cárceles están llenas de personas que no han medido las consecuencias de sus actos.

Volviendo a la pregunta inicial ¿el hombre es bueno o es malo?

Muchas veces descubrimos que personas que consideramos malas realizan actos nobles y, personas que consideramos buenas realizan actos innobles. ¿Por qué ocurre esto? ¿Dónde encontrar la naturaleza del hombre en su forma más pura?

Ahí está la cuestión. Cuando tratamos de contestar a esta pregunta nos topamos con un problema, el problema es el de la desnaturalización del hombre moderno. Al pensar en la naturaleza del hombre pensamos en los impulsos básicos y espontáneos. Sin embargo, estos no podemos encontrarlos en situaciones de estrés permanente. Nuestras sociedades tecnológicas y globalizadas son completamente artificiales. No podemos estudiar la naturaleza del tigre en una jaula de un zoológico, debemos estudiarla en su hábitat natural en la selva. Lo mismo ocurre con el hombre, sólo que aquí muchos se preguntan ¿qué es lo natural en el hombre? ¿acaso lo que llamamos artificial no nace del hombre? Posiblemente la condición natural del hombre sea la de haber sido expulsado del Paraíso. Mientras que la mayoría de las formas superiores de vida se desarrollan adaptándose al medio ambiente, el hombre modifica el medio ambiente y crea su mundo, crea ciudades y mundos artificiales. Esta es la característica que parece primar en el hombre: la creación de entornos artificiales. Si es así, entonces ¿no podemos encontrar la naturaleza primera del ser humano?

Sí la podemos encontrar, está conformada por los impulsos primarios que lo mueven y en entornos no estresantes. Dijimos que la historia del hombre es una historia de guerras. Sí, porque los recursos son limitados y los hombres para sobrevivir debían asegurarse de poseerlos.

Cuando quiero conocer la naturaleza del hombre me gusta examinar a las especies animales más cercanas a nosotros, aquellas que muestran nuestros impulsos básicos. Tenemos a los bonobos y a los chimpancés. Ambos poseen comportamientos muy similares a los humanos, y junto a nosotros constituyen ramas que se bifurcaron a partir de un antepasado común. Todos venimos de un antepasado común. Pero ¿qué diferencia a los bonobos de los chimpancés? La diferencia nace de los distintos ambientes donde se formaron. La especie de los bonobos se desarrolló y conformó en una tierra rica en alimentos, especialmente frutas, por lo que no debieron enfrentar escasez no debían matar para alimentarse. Al no deber enfrentar la escasez de alimentos ni necesitar matar para alimentarse pudieron desarrollar otros componentes relacionados con la vida social del grupo. No son agresivos, predominan en ellos impulsos altruistas y sociales. En cambio, los chimpancés debieron desarrollarse en ambientes de escasez de alimentos, por lo que no sólo son carnívoros sino que además, debieron luchar entre ellos por los pocos alimentos que encontraban. Así se volvieron muy agresivos, al igual que nosotros. A pesar de tener una organización social compleja, se aprecian comportamientos conspirativos entre ellos. Mucho de lo peor del comportamiento humano lo podemos apreciar en los chimpancés. Para sobrevivir debieron desarrollar esos comportamientos.

La historia del hombre es la historia de la lucha por los pocos recursos que disponían. El hombre sólo podía sobrevivir luchando por su vida. Pero cuando el hombre lograba disponer de los recursos necesarios para sobrevivir y su futuro ya no se encontraba en peligro, se podía permitir la expresión de emociones más sociales, altruistas. Los impulsos cálidos, afectivos, podían expresarse. Muchas personas consideradas malas en ciertas ocasiones encuentran la oportunidad de expresar estas emociones.

Quien haya crecido en un ambiente libre de peligros, podrá cultivar su naturaleza solidaria, en cambio, quien haya crecido en un ambiente carenciado y con peligros de vida, habrá cultivado aquellos impulsos que lo protejan y le permitan sobrevivir.

Pero nos encontramos con algo más: existen ambientes simples donde las personas desarrollarán aquellos impulsos básicos -buenos o malos- necesarios para la vida en estos; pero hoy se dan ambientes terriblemente complejos y artificiales donde los requerimientos son tan complejos que demandan respuestas emocionales completamente artificiosas para poder sobrevivir.

No hace mucho alguien me mencionaba el caso de una persona que no sabía leer ni escribir y que a pesar de su falta de cultura era una de las personas más sabias que conocía. Claro, no sabía a qué se debía esta sabiduría. La respuesta es sencilla: se encontraba en contacto con sus impulsos básicos que podían guiarlo. Pero el mundo actual demanda otras cosas, demanda que alguien sea un experto en tecnologías complejas, que pueda orientarse en un cúmulo de información impresionante, que pueda tomar decisiones desapasionadas que ponen en peligro su vida o su futuro económico, etc. Nuestro mundo actual es muy estresante, la gente no encuentra cómo orientarse. Los antiguos la tenían fácil, los impulsos los guiaban, los modernos no sabemos si guiarnos por nuestras intuiciones o la razón. A veces ni una ni otra funcionan. El azar es responsable muchas veces de los resultados de nuestras acciones, por lo que nada nos guía. Cuando digo que el azar es responsable de lo que nos ocurre quiero decir que el éxito o fracaso de un emprendimiento puede depender de elementos que no están a nuestro alcance conocer. ¿Recuerdan el famoso efecto mariposa? Las empresas en España tal vez hicieron todo lo que debían hacer para salir adelante, pero la crisis económica que les cayó encima no era fácilmente predecible. Esto genera confusión en los operadores sociales. La gente no sabe qué hacer. Se produce una escisión psicológica entre el cerebro emocional y el cerebro racional. Escribí al comienzo de lo que ocurría con escisiones quirúrgicas o por accidentes de distinta índole, pero ahora se produce una escisión psicológica. El cerebro emocional queda desconectado, no proporciona una guía fiable y el cerebro racional queda desbordado sin poder decidirse por un curso de acción. Simplemente llegamos a un estado donde la gente no sabe qué hacer. Así de sencillo: el problema de hoy es el de que la gente ya no sabe qué hacer porque casi todo lo que hace no sale como esperaba, por lo que ya no confía en sí misma. (La "confianza en uno mismo" tan necesaria para actuar y alcanzar el éxito, no depende tanto de lo que hacemos sino de los resultados obtenidos)

Volviendo nuevamente a la pregunta inicial. En este estado de cosas donde el cerebro emocional se ha desconectado del cerebro racional, ya no podemos saber cuales son los impulsos básicos de las personas, ya no encontramos al hombre natural, o al hombre primero. Sin embargo, en ciertas situaciones aún encontramos al hombre primordial. No tanto en los vínculos entre las personas, pues todos parecen encontrarse en estado de alerta máxima. (Nos encontramos en estado de guerra con todos por la supervivencia) Sino en relación a los animales. Por ejemplo, muere alguien cercano y no se llora por esa pérdida, pero se pierde a una mascota y quien la pierde llora desconsoladamente. Tal vez no movamos un dedo por la situación de otra persona, pero por una mascota podemos realizar enormes sacrificios por salvarla y porque esté bien. Los sentimientos humanos completamente conmutados en relación con otros humanos, han encontrado la forma de expresarse con las mascotas. ¿Por qué ha ocurrido esto y cómo? La respuesta es sencilla, por un lado porque el lado humano en nosotros debe expresarse de alguna manera para no enloquecer, segundo, porque no tememos a nuestras mascotas, entonces, al no aparecer el sentimiento de desconfianza que tanto se ha arraigado en el hombre moderno, es posible expresar y ejercitar los sentimientos humanos, pero no con humanos, sino con sustitutos. Podemos encontrar al hombre bueno natural en ciertas situaciones, en los vínculos con las mascotas y en ciertas situaciones donde los mecanismos de defensa del hombre no tienen tiempo de ponerse en marcha. Por ejemplo, cuando la vida de una persona está en peligro, especialmente si esa persona está muy indefensa como un niño o un anciano. La naturaleza buena del hombre se bloquea cuando surge la desconfianza. Sólo con mucha desconfianza es posible sobrevivir en este mundo, y el precio que se paga es la pérdida de nuestra humanidad, sin embargo, esa humanidad no se ha perdido completamente, sigue ahí buscando el camino para expresarse de alguna manera.

Claro, cuando la desconfianza se instala por demasiado tiempo, cuesta volver al estado de inocencia necesario para experimentar nuestra humanidad.

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4 comentarios:

  1. Yo he ido albergando una idea acerca del mismo tema. Por lo que he venido observando, en este Universo TODO de cierta manera esta "como" compitiendo.
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    La particula subatomica para poder ser, necesito engullirse algunos quarks.
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    El atomo integra particulas subatomicas para poder ser.
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    La molecula captura atomos para poder ser.
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    Los objetos inertes son gigantescas colecciones de moleculas.
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    Los seres vivos no son muy lejanos a los inertes: Tambien son aglomeraciones de moleculas.
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    Los seres vivos son complejos y fijese que un ser vivo SIEMPRE necesita "desemsamblar" a otro ser vivo para obtener mas moleculas con el fin de mantener o reemplazar las que ya tiene.
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    En escalas superiores los animales son absolutamente depredadores, ya que la planta generalmente "preda" a los seres inertes.
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    Pero el animal hervivoro absorve plantas, transforma los atomos que antes estaban en una planta, para integrarlos a su propio cuerpo e incluso para reproducirse.
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    El carnivoro se come la gacela.
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    Todo ser (como entidad) esta continuamente atrapando otros objetos que tiene en su entorno, para poder mantener la existencia.
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    El ser humano es un salto de la naturaleza, un ensayo.
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    Asi como existe un salto entre el simple quark y el atomo.
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    Y la molecula representa un salto de complejidad con respecto al atomo.
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    El hombre representa un paso mas alla del simple animal.
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    Pareciera que se requiere de cierto egoismo para poder existir en el universo.
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    Asi el venado no suelta una lagrima cuando mata y destruye el arbusto.
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    Ni el leon es malo cuando se come la gacela, de hecho no creo que entre alguna duda en el leon si esta haciendo lo correcto o lo incorrecto cuando se come la gacela.
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    Con el humano la cosa es diferente, tenemos la capacidad de preguntarnos si lo que hacemos es bueno o malo.
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    Quizas el mero hecho de existir sea malo, pensaron algunos, de alli viene esa idea de paraiso perdido.
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    por ejemplo ahora que hay que alimentar a millones no se puede vivir "naturalmente" ya que cada uno de nosotros deberia ir a cazar la gacela y cultivar sus propias coliflores.
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    Al ser tantos unos se ocupan de esto y otros de aquello.
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    Para algunos es muy malo tener mataderos de vacas, pero de no ser por esos mataderos.... como mas alimentariamos al grueso de la poblacion???
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    Asi es, el hombre cuestiona, asigna un valor de beneficio o perjuicio a cada accion o situacion.
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    Creo que escencialmente el ser humano no es bueno, ni es malo.
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    El leon puede creer que una gacela es muy mala cuando no se deja atrapar, o el gusano puede satanizar al pajaro cuando este lo engulle.
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    Asi que tal vez vistos desde afuera (por ejemplo por un extraterrestre o un angel) los actos humanos podrian parecer absolutamente libres de valoracion moral.
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    Asi como cuando uno ve caer un aguacero, o observa uno un tsunami, en la qeu se ve el movimiento de las fuerzas naturales y no se pueden valorar de buenas o malas, quizas el angel o el extraterrestre, podria ver que toda la escena humana no es ni buena ni mala.

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  2. Tampo creo que exista una "naturaleza" invariante.
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    He llegado a pensar que siempre algo puede ser "artificial" con respecto a un marco de referencia anterior:
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    Por ejemplo si en un inicio solo habia una sopa de quarcks....y luego alguien se convirtio en atomo, entonces ese primer atomo (esos primeros atomos) estaban actuando en contra de lo natural.
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    Cuando lo comun era ser quark el atomo se antojaria asolutamente como una fuerza artificial.
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    Asi mismo adelantando la pelicula, la vida es antinatural, si todo lo existente es inerte.
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    El primer ser vivo seria "muy artificial" si lo unico que existiera enn el entorno es materia inerte.
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    Cada innovacion en la escala evolutiva es de cierta forma la irrupcion de un elemento artificial.
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    Desde ese punto de vista el ser humano como tal es artifical con respecto al mundo animal.
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    Ahora bien si TODO es artificial como lo estoy diciendo, entonces eso significa que realmente nada es antinatural.
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    La aparicion de cada novedad pareciera ser que era en cierta forma necesaria para el universo.
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    Cada elemento mas complejo hace a su vez mas robusto y solido a ese universo en el que nos movemos.
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    Por eso creo que el ser humano no es el producto final del universo, sino es "algo" mas en la cadena de estructuras complejas que van apareciendo.
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    Al ser humano debe seguirle otro tipo de ser, con la v entaja de que hoy en dia la ciencia esta en capacidad de manipular el mismo proceso evolutivo.
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    La "naturaleza" tarda millones de siglos para crear "algo", pero el ser humano puede acelerar el proceso, alterando geneticamente a la especie, o utilizando la cibernetica.
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    Incluso se menciona la Inmortalidad, si se pudiera capturar la informacion almacenada en las neuronas para guardarlas en lo que llamariamos "un disco duro".
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    Transhumanismo.
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    Muchos lo califican de antinatural y peligroso.
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    Yo veo en ello el siguiente paso.
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    El siguiente paso natural.
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    Ahora alterar la especie para crear seres "artificiales" como hombres con agallas, o hombres alados, o hombres mitad maquina mitad organicos.... es ueno o malo???
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    No lo se, quizas el angel o el extraterrestre que estan desde afuera podrian decirnos un juicio.
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    A no ser que aparezca "algo" en el universo absolutamente egoista qweu nos engulla.
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    Asi como el Sol en su momento avariciosamente se trago toda la materia dispopnible en su entorno, asi mismo algun otro objeto podria tragarse el sistema solar... (recordemos qeu en este universo TODO es egoista y se requiere ser asi para sobrevivir)

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  3. Entonces lo que creo con mis dos parrafadas anteriores es qeu no es exclusividad del hombre modificar el entorno, sino que hasta el mas humilde quark en su momento tambien modifico el entorno para poder existir.
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    Y es que eso es lo unico que puede hacer una entidad en el universo:
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    Ser ella y estar rodeada de "entorno",
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    Solo son dos cosas las que existen: YO y lo demas.
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    Asi parece ser la regla en el universo. el ser y el entorno.
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    Quizazs el que mas partido le ha sacado a ese entorno pues somos los humanos, (por lo menos en lo que concierne a nuestro planeta)
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    Ya no viendo con ojos de angel o de extraterrestre, sino con ojos de humano, puedo decir que hay situaciones que me parecen buenas y otras muy malas.
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    Algo malo para mi es lo que atenta contra mi existencia, lo que atenta contra mi felicidad.
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    El virus de la gripe entonces es malo, porque me enferma e incluso puede acabar con mi existencia.
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    El ladron y el asesino es malo por las mismas razones.
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    El gobernante es malo porque nos usa para su propio beneficio.
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    Nuestros familiares/ amigos y colegas pueden ser en cierto modo "malos" cuando tienden a abusarnos.
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    El pasajero situado en el asiento de al lado puede ser malo, cuando invade mi espacio personal, arruinando mi trayecto de viaje.
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    Asi que solo puedo decir que es malo o bueno si tengo un referente.
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    Es malo para un miquito reshus pincharlo cientos de veces, pero puede ser benefico cuando se entiende qeu el dolor del miquito es con el fin de encontrar una vacuna qeu salvara miles de seres humanos.
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    Pero eso puede ser malo para el planeta.
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    Depende del referente para decir si el hombre es malo o bueno, porque la moral es relativa al humano.

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    1. Sin duda, que lo complejo del entorno humano constituye una tremenda presión sobre el hombre actual al punto de no poder reconocer una naturaleza invariante. El hombre posee grados de libertad que los animales inferiores no poseen, hasta puede transformarse él mismo en otra cosa alterando su ADN o con implantes biónicos. Pero en algunas situaciones donde no está en peligro a veces puede emerger una naturaleza menos desconfiada y más buena.

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