miércoles, mayo 10, 2017



He visto que, principalmente en las redes sociales, la comunicación se emplea de tres maneras distintas predominando la primera de ellas.

Uno de los usos más frecuentes de la comunicación en las redes sociales es el de la descarga. La gente descarga su frustración en las redes. Es como una función terapéutica sin serlo, porque la descarga expresiva alivia sólo momentáneamente, construyendo un estilo de expresión que se vuelve adictivo y tóxico. Una descarga alivia momentáneamente, pero al no resolver los problemas que alimentan la frustración y puede que hasta llegue a aumentarla, exigirá repetirla una y otra vez, cada vez con más frecuencia e intensidad, convirtiéndose en una forma de comunicación habitual. Lo peor de todo es qué, como no son pocas las personas fuertemente frustradas en el mundo y que comparten fuentes afines de dolor, la interacción en esta modalidad de descarga se multiplica y realimenta cada vez más. Contra un novi@, contra un patrón, contra un político, contra lo que sea. Porque una vez que la frustración crece irá sumando objetos que la puedan sostener.

La segunda modalidad sería la más sana, aquella donde el fin de la comunicación es la comunicación en sí misma, donde pueden compartirse desde intimidades hasta intereses comunes. En este tipo de comunicación las personas se involucran personalmente, pues son comunicaciones de tú a tú. En el primer caso la comunicación es de mí hacia todo lo malo que hay en el mundo, porque tiende a despersonalizarse el objeto de frustración generalizándolo. Pepita se pelea con su novio y en la modalidad de descarga expresará lo malo que son los hombres, cómo engañan a las mujeres, etc., en lugar de hablar directamente de su novio. En la modalidad de descarga el objeto malo se generaliza, Pedro se convierte en los hombres, Juan el político en los políticos, María la doctora en los doctores, etc.

La tercera forma resulta más compleja y se da en personas con personalidades psicopáticas capaces de tomar distancia de los vínculos y emplearlos manipulativamente sin involucrarse realmente en ellos. Son las personas con una personalidad seductora que se comunican para lograr algún propósito definido. Difícilmente expresen emociones que los desborden, porque no se comunican en la modalidad de la descarga. No necesitan descargar nada porque simplemente no viven reaccionando a las cosas, sino que mantienen el control. Pueden experimentar presiones que los llevan a resolverlas, son estrategas antes que llorones. Quien se expresa en la modalidad de descarga no resuelve problemas, sólo se queja de ellos como un niño esperando que alguien los resuelva. Ellos no pueden resolver nada porque viven en un estado de desvalimiento. Son víctimas permanentes.

La diferencia entre experimentar frustración y presión ante los problemas es muy importante. La frustración lleva a la queja, la presión a la resolución del problema que genera la presión. Es más, estos últimos encuentran la presión como fuertemente motivadora, los llena de energía para hacer cosas, el llorón, en cambio, sólo busca formas de escape o que alguien le dé ánimos y le palmeé en la espalda dándole la razón, porque es lo que espera. En la modalidad de descarga el comportamiento expresivo tiene dos propósitos: llegar a quien genera la frustración hiriéndolo de alguna manera, y que alguien les dé la razón. Se busca apoyo y aprobación.

Las personas que se relacionan en la segunda modalidad se vinculan de tú a tú, buscan amistad, compartir intereses comunes, etc. Las que se relacionan en la tercera modalidad, emplean las redes sociales como medio operativo, son profesionales que dan a conocer sus servicios, empresas, etc. Se vinculan desde un rol antes que como personas concretas, salvo que su personalidad sea el medio para alcanzar lo que buscan. por ejemplo, un escritor que desee dar a conocer su trabajo, un político su gestión, etc.

Terminando el artículo no pensaba decir más nada del primer estilo, ya que constituye un estilo patológico que sólo genera más problemas que soluciones. Las redes sociales no cumplen propósitos terapéuticos. Revelar intimidades entre amigos es una cosa, revelarlas a gente desconocida en las redes, no. Es más, luego estas intimidades podrán ser empleadas en contra de quienes las revelen. En general representan a personas con pocas destrezas sociales enojadas con el mundo, que se comunican de esta manera tanto en las redes como en su vida cotidiana con quienes las rodean. Terminan convirtiéndose en lo que se conoce como personas tóxicas, pues, o se entra en su juego acompañándolos en sus quejas eternas, o se entra en conflicto con ellas al tratar de hacerlas entrar en razón. De cualquier manera su toxicidad termina por aislarlos cada vez más de quienes los rodean o, terminan rodeándose de personas semejantes.

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