miércoles, julio 11, 2012



Es cierto que cada persona no lo sabe todo y que debe depositar la confianza en otras para guiarse y tomar decisiones en la vida. Cuando voy a comprar un queso y no se encuentra la marca que habitualmente consumo, me baso para elegir en varios criterios: precio, marca, cosas que pude haber escuchado, consejos del vendedor y sabor, claro. Pero si no soy un experto en quesos el sabor que encuentro en los quesos puede estar influenciado por todo lo que he dicho. Es más, es conocido el experimento donde un mismo queso se corta en 3 ó 4 trozos y se los expone con distintos precios, la mayoría encuentra el trozo más caro como más sabroso, sin saber que es el mismo queso en todas las muestras. Pero este proceso de elección de la mejor alternativa es similar en todos los órdenes de la vida. Debemos elegir con información incompleta.


La Opinión Pública cumple la función de servir como guía, de ahí la importancia que tiene y por qué las campañas de publicidad trabajan tanto para tratar de controlarla, pero no es tan fácil hacerlo. Parecería como que la Opinión Pública constituyera un proceso colectivo de gran complejidad e independencia con respecto a los intentos de controlarla. Los países totalitarios que han invertido tantos recursos para tratar de controlarla se encuentran con que han logrado muy poco. Resulta muy difícil engañar a la O.P. cuando ésta se ha percatado de algo. Por este motivo cuando sale a la luz algún episodio dañino para la imagen pública de un candidato político, éste debe renunciar porque a partir de ese momento no habrá forma de encauzar nuevamente a la O.P., de forma favorable. Es posible influenciar a la O.P. cuando se lo hace dentro de lo que puede ser creíble y apoyándose en el deseo de las personas y en lo que quiere creer. De cualquier manera el margen de maniobra es bastante considerable siempre y cuando no salga a la luz alguna información que contradiga con pruebas lo que se quiere transmitir.

Sin la O.P. bien conformada sería imposible para un ciudadano tomar la mínima decisión a lo largo de su vida, porque el campo de certezas que dispone sería muy pobre y estaría reducido a las pocas experiencias personales. Si me enfermo sin ser médico ni haber estudiado nada de medicina, debo confiar en lo que otros me digan para elegir un buen médico, sabiendo que sus propias opiniones están conformadas con informaciones parciales. En cada gran elección nos encontramos siempre con el mismo problema, debemos elegir con información parcial y degradada, tal vez de tercera o cuarta mano. Se podría decir que muchas veces ni elegimos por criterios técnicos sino por criterios secundarios como mencioné con respecto al queso donde el precio es una de las guías principales.

Las personas más eficientes en este mundo tan complejo son aquellas capaces de extraer de este mar de informaciones tan variadas las que más se acercan a la verdad. Extraer la verdad de este caos informativo constituye una de las destrezas más importantes para alcanzar aquello que se busca. El empresario, el político, el dirigente sindical, etc., con mejor olfato para detectar la verdad y construirse un mapa de la realidad más preciso será el que triunfe sobre los demás, aquellos que sucumbieron ante una información caótica para ellos.



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