sábado, febrero 25, 2012



Es posible clasificar a los escritores de muchas formas, ninguna les hará verdadera justicia, sin embargo, las clasificaciones poseen el valor de iluminar algunas cuestiones puntuales acerca del proceso de la escritura. Hoy me encontraba pensando en un problema que aqueja fundamentalmente a un tipo muy particular de escritor, pero no a todos.


Tenemos algunos escritores con una escritura muy fluida, pueden escribir páginas y páginas sin prácticamente realizar correcciones. En cambio, se encuentran otros que deben luchar con cada párrafo por horas hasta que sienten que el texto por fin se encuentra en condiciones de ser mandado a la imprenta. Borges era uno de estos escritores, luchaba con cada verso o párrafo por horas, días, un cuento de pocas páginas le podía llevar una o dos semanas terminarlo. En cambio, escritores como Stephen King, escriben y escriben cientos de páginas de corrido y sólo al final realizan una revisión y corrección para dar por terminada la obra. Estos escritores con una escritura fluida, pueden escribir y escribir, prácticamente sin sufrir bloqueos jamás. Son escritores muy prolíficos, con muchos volúmenes publicados. En cambio, los escritores con mayor sensibilidad a la palabra escrita, sufren mucho a la hora de escribir. Jamás quedan completamente conformes. Al resultarles tan dura la tarea, terminan inhibiéndose, bloqueándose. Estos son escritores de textos cortos, cuentos, poemas, relatos, tal vez alguna novela corta, pero no pueden encarar una novela extensa. Un escritor como Borges jamás hubiera podido lanzarse a la escritura de una novela. Su escritura era demasiado concentrada y autoconsciente. Siendo tan autocrítico sufría mucho al escribir, más con su ceguera, claro, pues debía dictar a su madre o secretaria y pedirles que le repitieran una y otra vez la frase hasta que le caía bien al oído.

El bloqueo de escritor se presenta fundamentalmente en escritores con una hipersensibilidad a la palabra escrita muy pronunciada, aquello que los hace grandes por un lado, los puede llevar a la inhibición por otro. Cuando se sufre tanto con la escritura de una página, difícilmente se pueda encarar proyectos como los de una novela. Los nervios y la tensión nerviosa no lo permiten.

En cambio, los escritores con escritura fluida, se enfocan específicamente en la historia que cuentan y no se preocupan mayormente del proceso de la escritura pues ésta surge espontáneamente. Sólo están contando una historia interesante. Además, si desean cambiar la historia y para ello deben descartar cientos de páginas y reescribirlas, lo hacen sin mayores complicaciones. Ken Follett lo hace con sus novelas. Posiblemente la mayoría de los escritores comerciales dispongan de una escritura fluida, y puedan escribir y reescribir una y otra vez capítulos enteros de muchas páginas sin que por ello se amilanen con la tarea.

Los escritores hipersensibles a la palabra escrita publican menos, mucho menos, algunos terminan como profesores de literatura o escritura creativa, o como críticos literarios, porque la inhibición les impide liberarse lo suficiente como para escribir y publicar.

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