En esencia consiste en oponernos a nosotros mismos. Habitualmente reaccionamos al medio, cuando nuestro instinto fruto de la experiencia está bien calibrado podemos captar las situaciones globales y actuar con cierto margen de eficacia, pero no siempre ocurre esto, cuando fallamos más de una vez quiere decir que estamos repitiendo pautas de comportamiento fruto de un aprendizaje equivocado. Es más, a veces hasta captamos ese componente emocional que nos lleva por el camino equivocado. El arte de la estrategia consiste en captar ese impulso y no permitirle actuar hasta encontrar el movimiento o secuencia de movimientos que conducirán al logro deseado.
Cuando se experimenta ese impulso acompañado de la sensación de que si no se actúainmediatamente nos equivocaremos o no actuaremos más adelante -la sensación de ahora o nunca-, de seguro que lo mejor es esperar hasta que se perciba con mayor detalle la situación. Estamos muy influenciados por la televisión y el cine y los infinitos casos donde se salva al mundo resolviendo una situación en unos segundos guiados pura y exclusivamente por la intuición. La verdad es que esas cosas sólo ocurren en las películas, generalmente no es la falta de tiempo para decidir lo que debemos enfrentar, sino el no aprovechar del tiempo disponible para encontrar una solución inteligente a la situación. Esto ocurre por un motivo: pensar produce una gran ansiedad por lo que -especialmente la juventud- trata de evitarlo guiándose sólo con sus impulsos en la resolución de problemas, táctica que generalmente los conduce una y otra vez a problemas cada vez más complejos. Para pensar es necesario oponerse al impulso para actuar, el pensamiento nació a partir de la inhibición del movimiento. En un comienzo sólo actuábamos, pero con los primeros obstáculos -especialmente los dolorosos- debimos comenzar a pensar antes de actuar para evitar el dolor. Pensar es prever las consecuencias de nuestros actos, es lo que nos diferencia de los organismos inferiores. El cine yanqui idolatra la impulsividad, muestran adultos metiéndose una y otra vez en problemas por culpa de actuar sin pensar, pero también al héroe resolviendo las situaciones más complejas guiándose sólo por la intuición del momento. Los problemas complejos jamás pueden ser resueltos impulsivamente por la sencilla razón de que demandan cálculos que demoran su tiempo. Imaginen una situación donde sea necesario para resolverla calcular la raíz cuadrada de 34567776542345. Bueno, muchos de los problemas que estos héroes resuelven en segundos operando sistemas tecnológicos sumamente complejos superan en complejidad esta operación. He llamado a esta tendencia "el síndrome Mac. Giver". Los juegos electrónicos ofrecen situaciones a resolver en segundos, por lo que sólo se pueden tirar tiros o golpes, esquivar algo o enfrentar situaciones con mínima complejidad donde deba bastar un simple golpe de vista para captar la solución. Sólo situaciones de complejidad mínima pueden caer dentro de estos parámetros, por lo que se premia pura y exclusivamente el impulso. Curiosamente lo que falta en nuestro mundo para encauzarlo un poco es lo opuesto, es la capacidad de prever las consecuencias, el actuar a largo plazo, no salir del paso hoy para caer en algo peor más adelante. Un líder es quien ve más lejos, quien puede pensar con una profundidad mayor, quien puede percibir la complejidad y desarrollar estrategias a largo plazo. Líderes así faltan, sólo nos encontramos con políticos que actúan para el corto plazo sin perspectiva de futuro. Están tan presionados por obtener resultados en el corto plazo que no pueden arriesgarse a planes a mayor escala. De esta manera los actuales héroes de película están compuestos por personas inmaduras, impulsivas, que encaran situaciones simples donde el resultado se debe ver inmediatamente. Los héroes actuales son personas conflictivas, extravagantes, impulsivas pero con suerte. Podemos ver en la serie Dr. House otro ejemplo de esto, donde la esencia de cada capitulo consiste siempre en lo mismo: resolver un problema médico contrareloj. Donde el elemento principal pasa por la ocurrencia de una idea salvadora. Es más, los distintos actos médicos se suceden uno tras otro casi en minutos. Por la mañana realizan una intervención al corazón, al mediodía una intervención cerebral, en la tarde un trasplante de hígado, etc. Actos médicos de una complejidad enorme que demandan de semanas para su preparación se suceden en estas series contrareloj en minutos. El nuevo héroe americano es impulsivo, no tolera pensar, se guía por una rápida intuición, donde si es puro de corazón de seguro que tendrá éxito, porque los buenos siempre ganan y tienen mejores ideas que los malos condenados al fracaso por elegir el camino equivocado. El cine yanqui apunta a chicos de 15 años desbordados por sus hormonas. Velocidad, no-pensamiento, impulso, intuición fulminante, situaciones sin complejidad, etc. Estos son los dioses yanquis.
Síntesis: Un Líder se diferencia del resto de las personas porque es un gran estratega, y este es el rasgo que lo distingue como Líder.
Cuando se experimenta ese impulso acompañado de la sensación de que si no se actúainmediatamente nos equivocaremos o no actuaremos más adelante -la sensación de ahora o nunca-, de seguro que lo mejor es esperar hasta que se perciba con mayor detalle la situación. Estamos muy influenciados por la televisión y el cine y los infinitos casos donde se salva al mundo resolviendo una situación en unos segundos guiados pura y exclusivamente por la intuición. La verdad es que esas cosas sólo ocurren en las películas, generalmente no es la falta de tiempo para decidir lo que debemos enfrentar, sino el no aprovechar del tiempo disponible para encontrar una solución inteligente a la situación. Esto ocurre por un motivo: pensar produce una gran ansiedad por lo que -especialmente la juventud- trata de evitarlo guiándose sólo con sus impulsos en la resolución de problemas, táctica que generalmente los conduce una y otra vez a problemas cada vez más complejos. Para pensar es necesario oponerse al impulso para actuar, el pensamiento nació a partir de la inhibición del movimiento. En un comienzo sólo actuábamos, pero con los primeros obstáculos -especialmente los dolorosos- debimos comenzar a pensar antes de actuar para evitar el dolor. Pensar es prever las consecuencias de nuestros actos, es lo que nos diferencia de los organismos inferiores. El cine yanqui idolatra la impulsividad, muestran adultos metiéndose una y otra vez en problemas por culpa de actuar sin pensar, pero también al héroe resolviendo las situaciones más complejas guiándose sólo por la intuición del momento. Los problemas complejos jamás pueden ser resueltos impulsivamente por la sencilla razón de que demandan cálculos que demoran su tiempo. Imaginen una situación donde sea necesario para resolverla calcular la raíz cuadrada de 34567776542345. Bueno, muchos de los problemas que estos héroes resuelven en segundos operando sistemas tecnológicos sumamente complejos superan en complejidad esta operación. He llamado a esta tendencia "el síndrome Mac. Giver". Los juegos electrónicos ofrecen situaciones a resolver en segundos, por lo que sólo se pueden tirar tiros o golpes, esquivar algo o enfrentar situaciones con mínima complejidad donde deba bastar un simple golpe de vista para captar la solución. Sólo situaciones de complejidad mínima pueden caer dentro de estos parámetros, por lo que se premia pura y exclusivamente el impulso. Curiosamente lo que falta en nuestro mundo para encauzarlo un poco es lo opuesto, es la capacidad de prever las consecuencias, el actuar a largo plazo, no salir del paso hoy para caer en algo peor más adelante. Un líder es quien ve más lejos, quien puede pensar con una profundidad mayor, quien puede percibir la complejidad y desarrollar estrategias a largo plazo. Líderes así faltan, sólo nos encontramos con políticos que actúan para el corto plazo sin perspectiva de futuro. Están tan presionados por obtener resultados en el corto plazo que no pueden arriesgarse a planes a mayor escala. De esta manera los actuales héroes de película están compuestos por personas inmaduras, impulsivas, que encaran situaciones simples donde el resultado se debe ver inmediatamente. Los héroes actuales son personas conflictivas, extravagantes, impulsivas pero con suerte. Podemos ver en la serie Dr. House otro ejemplo de esto, donde la esencia de cada capitulo consiste siempre en lo mismo: resolver un problema médico contrareloj. Donde el elemento principal pasa por la ocurrencia de una idea salvadora. Es más, los distintos actos médicos se suceden uno tras otro casi en minutos. Por la mañana realizan una intervención al corazón, al mediodía una intervención cerebral, en la tarde un trasplante de hígado, etc. Actos médicos de una complejidad enorme que demandan de semanas para su preparación se suceden en estas series contrareloj en minutos. El nuevo héroe americano es impulsivo, no tolera pensar, se guía por una rápida intuición, donde si es puro de corazón de seguro que tendrá éxito, porque los buenos siempre ganan y tienen mejores ideas que los malos condenados al fracaso por elegir el camino equivocado. El cine yanqui apunta a chicos de 15 años desbordados por sus hormonas. Velocidad, no-pensamiento, impulso, intuición fulminante, situaciones sin complejidad, etc. Estos son los dioses yanquis.
Síntesis: Un Líder se diferencia del resto de las personas porque es un gran estratega, y este es el rasgo que lo distingue como Líder.
0 comments:
Publicar un comentario