(Aclaración, cuando hablo aquí de partidas rápidas me refiero a partidas de entre 30 y una hora de duración, no de menos de 5 minutos donde prácticamente no hay tiempo para pensar)
Antiguamente fui un defensor de las partidas lentas pues consideraba que en ellas era donde verdaderamente se encontraba el espíritu del ajedrez, un jugador de partidas rápidas estaba limitado por el tiempo a pensar sus movidas a una profundidad mucho menor que el jugador sin límite de tiempo, donde puede analizar por días una posición hasta encontrar la secuencia que le dé el triunfo.
Pero si el ajedrez constituye un juego de guerra donde debemos vencer a un oponente, cosa que vivimos continuamente en este mundo donde debemos encontrar nuestro lugar, el elemento tiempo, entonces, constituye un componente más del juego de la vida. Generalmente debemos desarrollar nuestras estrategias de combate sorprendiendo al oponente llevándolo a posiciones donde no disponga de tiempo para pensar y de esa manera mantener la iniciativa, cosa que no ocurre en el ajedrez lento debido a que no hay forma de sorprender al adversario pues dispondrá del tiempo que necesite para resolver las posiciones que tengan solución. La psicología, ese componente estratégico tan importante en la guerra entre empresas o personas, ese componente que nos permite desequilibrar al adversario y vencerlo al no poder reaccionar a tiempo, desaparece en las partidas lentas. En estas el oponente siempre dispone de tiempo para recuperarse de cualquier cosa, por lo que simplemente no intentamos desequilibrarlo, pues una jugada de ese tipo puede sernos perjudicial ya que tampoco conocemos completamente la nueva posición, esto nos obliga a pensar cada movida teniendo en cuenta todas las posibles respuestas.
¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Que las partidas por correspondencia poseen un desarrollo completamente distinto y menos variado que en el ajedrez rápido. Que en el ajedrez rápido existe un elemento más que es el tiempo y que podemos emplear a nuestro favor introduciendo el componente psicológico para desequilibrar al adversario, que las posiciones son más variadas, pues se debe mover a veces sin pensar con profundidad suficiente una movida. Pequeños errores, movidas imperfectas, el azar, etc., llevan la partida a posiciones complejas y muchas veces desconocidas para el jugador, por lo que la intuición juega un papel tan importante -Carlsen decía que poseía una intuición muy poderosa para conducir a su adversario a posiciones incómodas que le permitían desequilibrarlo-. Debido a esto, el jugador de partidas lentas se descoloca rápidamente en las partidas donde no dispone del tiempo acostumbrado para mover, y en las posiciones desconocidas se siente a veces perdido.
Los jugadores lentos temen el riesgo, a la velocidad, a lo desconocido, a lo que no pueden prever. Pero precisamente estos son los componentes que todo conflicto real posee. Cuando desarrollamos nuestras estrategias de combate en la vida real no disponemos siempre de mucho tiempo, ni siquiera conocemos todos los elementos que intervienen en la situación a resolver y el abanico de respuestas del adversario es mucho mayor. Por sobre todo interviene un elemento que el ajedrecista rígido no tolera: el azar.
El azar nos lleva a desarrollar ese sexto sentido que llamamos "intuición", porque muchas veces la única guía que poseemos en territorios desconocidos es la intuición, a golpe de ojo debemos ponderar rápidamente una situación y responder. Los grandes triunfadores en la guerra entre empresas no son los que más calculan, pues el cálculo está a disposición de todos, sino que son aquellos que poseen una fuerte intuición para captar en el instante el elemento que les dará el triunfo. Esos que piensan y piensan y piensan con nula capacidad de riesgo son los perdedores del juego de la vida pues tratarán de llevar su estrategia por el camino de máxima seguridad y mínimo riesgo. Este camino es el más seguro y, generalmente, el de menos opciones de triunfo.
El ganador es quien en cada batalla obtiene ventajas que sumadas proporcionan el triunfo al final. En ese enfrentamiento rápido donde casi no hay tiempo para pensar y donde la mayoría queda descolocado, el guerrero intuitivo mantiene su centro y no se deja arrastrar por los acontecimientos encontrando los resortes de la situación que le permitan marcar la diferencia. Con cada enfrentamiento se obtiene la ventaja a sumar.
Antiguamente fui un defensor de las partidas lentas pues consideraba que en ellas era donde verdaderamente se encontraba el espíritu del ajedrez, un jugador de partidas rápidas estaba limitado por el tiempo a pensar sus movidas a una profundidad mucho menor que el jugador sin límite de tiempo, donde puede analizar por días una posición hasta encontrar la secuencia que le dé el triunfo.
Pero si el ajedrez constituye un juego de guerra donde debemos vencer a un oponente, cosa que vivimos continuamente en este mundo donde debemos encontrar nuestro lugar, el elemento tiempo, entonces, constituye un componente más del juego de la vida. Generalmente debemos desarrollar nuestras estrategias de combate sorprendiendo al oponente llevándolo a posiciones donde no disponga de tiempo para pensar y de esa manera mantener la iniciativa, cosa que no ocurre en el ajedrez lento debido a que no hay forma de sorprender al adversario pues dispondrá del tiempo que necesite para resolver las posiciones que tengan solución. La psicología, ese componente estratégico tan importante en la guerra entre empresas o personas, ese componente que nos permite desequilibrar al adversario y vencerlo al no poder reaccionar a tiempo, desaparece en las partidas lentas. En estas el oponente siempre dispone de tiempo para recuperarse de cualquier cosa, por lo que simplemente no intentamos desequilibrarlo, pues una jugada de ese tipo puede sernos perjudicial ya que tampoco conocemos completamente la nueva posición, esto nos obliga a pensar cada movida teniendo en cuenta todas las posibles respuestas.
¿Cuál es la consecuencia de todo esto? Que las partidas por correspondencia poseen un desarrollo completamente distinto y menos variado que en el ajedrez rápido. Que en el ajedrez rápido existe un elemento más que es el tiempo y que podemos emplear a nuestro favor introduciendo el componente psicológico para desequilibrar al adversario, que las posiciones son más variadas, pues se debe mover a veces sin pensar con profundidad suficiente una movida. Pequeños errores, movidas imperfectas, el azar, etc., llevan la partida a posiciones complejas y muchas veces desconocidas para el jugador, por lo que la intuición juega un papel tan importante -Carlsen decía que poseía una intuición muy poderosa para conducir a su adversario a posiciones incómodas que le permitían desequilibrarlo-. Debido a esto, el jugador de partidas lentas se descoloca rápidamente en las partidas donde no dispone del tiempo acostumbrado para mover, y en las posiciones desconocidas se siente a veces perdido.
Los jugadores lentos temen el riesgo, a la velocidad, a lo desconocido, a lo que no pueden prever. Pero precisamente estos son los componentes que todo conflicto real posee. Cuando desarrollamos nuestras estrategias de combate en la vida real no disponemos siempre de mucho tiempo, ni siquiera conocemos todos los elementos que intervienen en la situación a resolver y el abanico de respuestas del adversario es mucho mayor. Por sobre todo interviene un elemento que el ajedrecista rígido no tolera: el azar.
El azar nos lleva a desarrollar ese sexto sentido que llamamos "intuición", porque muchas veces la única guía que poseemos en territorios desconocidos es la intuición, a golpe de ojo debemos ponderar rápidamente una situación y responder. Los grandes triunfadores en la guerra entre empresas no son los que más calculan, pues el cálculo está a disposición de todos, sino que son aquellos que poseen una fuerte intuición para captar en el instante el elemento que les dará el triunfo. Esos que piensan y piensan y piensan con nula capacidad de riesgo son los perdedores del juego de la vida pues tratarán de llevar su estrategia por el camino de máxima seguridad y mínimo riesgo. Este camino es el más seguro y, generalmente, el de menos opciones de triunfo.
El ganador es quien en cada batalla obtiene ventajas que sumadas proporcionan el triunfo al final. En ese enfrentamiento rápido donde casi no hay tiempo para pensar y donde la mayoría queda descolocado, el guerrero intuitivo mantiene su centro y no se deja arrastrar por los acontecimientos encontrando los resortes de la situación que le permitan marcar la diferencia. Con cada enfrentamiento se obtiene la ventaja a sumar.
Que buen argumento para la defensa del ajedrez rapido, que usualmente tiene mala prensa. Tampoco creo que el relampago sea necesariamente malo, son variantes y todas tienen su condimento.
ResponderBorrarSaludos amigo!
Mako.
Gracias, Mako. En esto todo es cuestión de gustos.
ResponderBorrarestoy de acuerdo a este argumento, y los relampagos para mi gusto desestaviliza el ajedrez, asi como evitan el razonamiento y el pensar
ResponderBorrarYo he jugado bastante al ajedrez por correspondencia y encuentro un matiz interesante que me gustaria compartir:
ResponderBorrarEn los sitios de internet en donde es possible jugar de esta manera, por lo general termina uno no jugando una sola partida sino muchas simultanemanete.
Asi que uno se encuentra por ejemplo jugando unas 40 a 100 partidas al mismo momento.
Asi que normalmente uno no esta jugando correctamente tampoco, sino que dedica un vistaso a cada partida y se pasa rapidamente a la siguiente.
Esto ocurre porque si uno mantuviera una unica partida por correspondencia, esperar por un movimiento se convierte en una tortura,
asi que teniendo mas de 20 partidas simultaneas se asegura uno de que va tener respuestas al menos diariamente.
Hay un pequen#o componente de tiempo y es que uno esta forzado a jugar antes de que un reloj se acabe, por ejemplo 1 dia para contestar hasta 45 dias para hacer la jugada.
normalmente mucha gente juega con un limite de 3 dias por jugada.
Pero lo interesante de todo ello, es que el jugador promedio de correspondencia, al tener tantos frentes abiertos, no esta meditando bien lo que juega.
Solamente aquellos jugadores serios y que no juegan mas de 6 partidas, realmente estan meditando correctamente las jugadas, pero la gran mayoria, estan jugando sin meditar, sino a jugar al azar un tanto.
Yo lo se porque tambien he caido en ese error de jugar muchas partidas al mismo tiempo.
asi pierde uno la mitad y gana la otra mitad, pero no se avanza mucho.
Lo mejor es entonces mantener muy pocas partidas al mismo tiempo.
Otros tienen esta modalidad: tienen muchas partidas al mismo tiempo digamos 60, pero cuando entran a jugar solo juegan aquellas que son urgentes, es decir a las que ya se les va a acabar el tiempo para hacer jugada, estas podrian ser 5 o 6 de las sesenta, asi simulan cierta presion y urgencia.
Alli he visto a Buenos jugadores que comienzan a manejar el tiempo.
pero lo mejor seria solo tener pocas realmente y solo para experimentar tal o cual apertura.
Saludos
Con el paso del tiempo ha ido cambiando mi juicio acerca de las partidas rápidas, normales y por correspondencia. Hace algunos años las partidas por correspondencia me encantaban, porque despreciaba el factor “tiempo” en las partidas, más que un factor del juego lo consideraba una molestia. Sin embargo, con el paso del tiempo comencé a valorarlo. No es lo mismo que una idea me llegue en 10 minutos a que me llegue en 10 días. Así que durante el juego la destreza no pasa sólo porque lleguen las ideas, sino que pasa, también, porque lleguen a tiempo. Segundo, comenzó a ocurrir que luego de tener partidas casi ganadas, de repente el oponente encontraba salidas mágicas. El uso de los programas de juego mató al ajedrez por correspondencia. Es más, hasta se permite hacerlo, no veo la gracia de poner dos o más programas a jugar entre ellos.
BorrarAsí que hoy veo lo siguiente, el “reloj” es parte del juego, así que el tiempo de las partidas no debe ser tan extenso como para que deje de molestar, ni tan corto que simplemente se reacciona sin tener tiempo a pensar. Con un tiempo razonable de entre 30 a 60 minutos, dependiendo de los jugadores, se logran las mejores partidas, además, lo bueno del reloj es que al limitar el tiempo para pensar, fuerza errores que vuelven más emocionantes y variadas las partidas.
En el ajedrez por correspondencia uno tiene tiempo de explorar casi todas las opciones, pero en tiempos más cortos, sólo disponemos de tiempo para examinar un número limitado de movimientos y a una profundidad de 7 u 8 movimientos. Por lo que dependemos mucho de la intuición, del golpe de ojo, de SENTIR la partida. Lo que la vuelve muy emocionante. Corre mucha adrenalina y nadie termina durmiéndose.
El uso de los computadores es una plaga en el ajedrez por correspondencia, tanto asi que chess.com implanto un metodo para cancelar las cuentas de los tramposos.
ResponderBorrar-
Una ventaja que yo encuentro es que a veces escuchaba esta escusa de ciertos jugadores: "Estaba Ganado la partida...cuando...." y ese cuando introduce a que fueron interrumpidos y por tanto el reloj se consumio y perdieron.
Con el ajedrez por correspondencia, esa disculpa seria hueca, porque precisamente puede uno interrumpir la partida, para hacer otra cosa, y retomarla cuando el tiempo y momento sean los adecuados.
Y hay una tercera opcion: jugando por correspondencia es posible que ambos jugadores se encuentren en linea, asi que uno se concentra en esa partida en especial de las muchas que tiene abierta y se puede jugar como una partida normal. Lo que ocurre es que cuando llega a un punto critico la partida por tener una posicion compleja....alli bien sea uno o el rival.... se va..... esto con el fin de buscar en un tablero aparte una Buena sucecion de jugadas. O simplemente despejar la mente para evitar cometer un error.
Y aqui me paso otra curiosa....a veces ocurre que cuando uno va ganando claramente hay rivales, que simplemente dejan que el reloj se acabe... y asi figura que perdieron por tiempo en las estadisticas....y no por jugar mal....!!
Ahora no todos los sitios le dejan abrir a uno muchas partidas, algunos dejan abrir maximo 6, otros limitan el numero de movimientos a 15 diarios....
Si uno quiere algo mejor o enfrentar a los Buenos jugadores del sitio en torneos o en otras modalidades de juego....hay que pagar.
Pero resalto eso de chess.com porque parece que si uno tiene la sospecha de que enfrento a alguien que transmitio las jugadas de un computador, ellos analizan todas las partidas del sujeto y pueden probar que hubo engan#o....y lo sacan del sitio.
Lo sorprendente es que son MILES de personas a diario que son echadas por trampa.
Lo otro que noto es que los GM que tiene chess.com.... NO juegan por correspondencia sino el blitz de 10 o 15 Minutos y juegan horas y horas al blitz....pero por nada del mundo lo hacen por correspondencia.
Concuerdo en que hay que dominar el blitz, para sentir que uno es bueno en el ajedrez.
Pero para muchos el modo correspondencia es un buen punto de inicio en el juego.
Así es, uno verdaderamente siente que sabe jugar cuando lo hace bien en el blitz.
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