sábado, abril 05, 2014



Una obra filosófica es como una sinfonía, mientras se está bajo los efectos de sus notas se percibe al mundo de acuerdo a la melodía que la sostiene, pero luego se entra en contacto con otras obras y se repite el proceso, pero esta vez atenuado, ya que recordamos el retorno al estado habitual luego de que pasan los efectos emocionales de cada una. Cuando deseamos entrar en cierto estado muchas veces acudimos a la música, a las obras musicales que nos llevan a ciertos estados emocionales. Lo mismo nos pasa con las obras filosóficas, ninguna es verdadera o falsa, su poder consiste en llevarnos a ciertos estados de inspiración. Por unos momentos queremos ver y sentir el mundo como lo sentían Hegel, Platón, Schopenhauer, Kant, Derrida, Lacan.

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